Los síntomas de una sobredosis son anorexia, náuseas, vómitos y dolor abdominal que aparecen generalmente en las 24 horas siguientes a la administración. Aunque la forma efervescente hace que esta eventualidad sea prácticamente imposible, una sobredosis masiva (superior a 10 g de paracetamol en el adulto y a 150 mg/kg de peso corporal en el niño) puede provocar un daño hepático que podría tener como consecuencia una alteración completa e irreversible, que se traduce por una insuficiencia hepato-celular y una acidosis metabólica, podría provocar el coma e incluso la muerte. Simultáneamente se observa un aumento de las transaminasas hepáticas, de ácido láctico deshidrogenasa, de la bilirrubina y una disminución del índice de protrombina, que puede aparecer de 12 a 48 horas después de la ingestión. La sobredosis debe tratarse tan pronto como sea posible, trasladando de inmediato al paciente a un centro hospitalario y mediante la evacuación rápida del producto ingerido por lavado gástrico y la administración intravenosa de N-acetil cisteína o metionina por vía oral.