La dosis inicial puede variar entre 4 mg a 48 mg de metilprednisolona por día dependiendo de la condición patológica específica a ser tratada. En situaciones de menor gravedad, generalmente dosis más bajas serán suficientes mientras que en algunos pacientes, puede ser necesario recurrir a dosis iniciales más elevadas. Se debe mantener o ajustar la dosis inicial hasta que se observe una respuesta satisfactoria. Si, tras un periódo de tiempo razonable, hay una faltda de respuesta clínica satisfactoria se debe suspender Metilprednisolona y se debe transferir al paciente otro tratamiento adecuado. Las necesidades de dosificación son variables y deben individualizarse en base a la enfermedad bajo tratamiento y la respuesa del paciente. Luego de que se observe una respuesta favorable, se debe determinar la dosis de mantenimiento adecuada disminuyendo la dosis inicial del fármaco en cantidades pequeñas a intervalos adecuados de tiempo hasta alcanzar la dosis mínima con la que se mantendrá una respuesta clínica adecuada. Debería tenerse en cuenta que es necesario el monitoreo constante en lo que respecta a la dosis del medicamento. Situaciones que pueden hacer que los ajusten de dosis sean necesarios son los cambios en la condición clínica secundaria debido a remisiones o exacerbaciones en el proceso de la enfermedad, el grado de respuesta individual del fármaco en el paciente, y el efecto de la exposición del paciente a situaciones estresantes no directamente relacionadas a la enfermedad bajo tratamiento; en esta última situación, es posible que sea necesario incrementar la dosis de Metilprednisolona por un periodo de tiempo congruente con la condición del paciente. Si se va a suspender el fármaco luego de un tratamiento a largo plazo, se recomienda que este sea retirado gradualmente en vez de manera abrupta.